jueves, 11 de noviembre de 2010

Renglones Torcidos

Que difícil es encaminar un pensamiento cuando, dependiendo del día, sos alguien distinto. Hoy el Sol es claro, de un amarillo brillante y nos abraza con su luz. Mañana, o ayer, es un Agujero negro donde se arrastra mi Alma, escapando...
Estos muros no hacen más que ayudar a mis Yo's a crecer. A través de las barras de ese helado acero, entra la pureza del aire del Más Allá. Todos queremos salir, pero no podemos si somos todos. Todos tenemos que ser Uno.
Tal vez, sea por eso que tengo mis brazos atados, en una pesada chaqueta con tiras gruesas de cuero y mangas demasiado largas... Estos doctores, sí saben que lo que hacen. Me atan el cuerpo, para unir más a todos los que soy.
¡Pero que tercos somos, Mierda! No nos ponemos de acuerdo, no queremos pensar como 1 sólo... No aguanto más. No puedo lograr tener sólo un pensamiento a la vez. No puedo reaccionar como un único ser. Mis Voces, son una eterna discusión en mi cabeza, y yo en medio. Soy un niño, testigo de la violencia doméstica de sus padres. Un niño encerrado en las peleas incesantes. Los gritos y los insultos de uno al otro, o en mi casa, de uno al otro, al otro, al otro, al otro...
No consigo mediar entre ellos y yo. Y yo, ya no tengo voto, ni voz, ni peso, ni nada...
Estas paredes alimentan la fuerza de las voces, este chaleco las enoja más, y esto... no va a terminar

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