domingo, 5 de septiembre de 2010

VaSo

Mi vaso se vacía lentamente... Cada sorbo me acerca a mi lecho... Cada gota que pasa por mi garganta, me da una excusa más para irme a descansar.
Mi vaso, todavía no está vacío. Está lleno de desolados pensamientos. Lleno de abandonados sueños, de olvidados principios, de metas incompresiblemente divididas por un solo motivo.
Mi vaso me mira, me analiza, me conmueve... Mi vaso sabe que me pasa. Inclusive, más que yo mismo.
Y yo lo miro... lo observo detenidamente intentando conocerlo, saber de sus secretos, saber el por qué de su presencia cuando no debería estar presente.
No se por qué me sigue acompañando, por qué sigue conmigo, a mi lado. Por qué dependo tanto de su compañía cuando no me hace feliz ni me siento cómodo.
Pensé en hacer que desaparezca de mi vida, que no me acompañe más, pero soy tan cobarde que siempre postergo las despedidas.
No soy un Ebrio... no soy un pobre tipo que no controla el contenido del vaso... Sí soy un pobre tipo que no controla el por qué del vaso en su mano.
No es el contenido lo que me acongoja, sino el motivo. Es lo que este vaso representa frente a mí...
De fondo, el encanto de los 80's. A mi izquierda, mis botas lanzadas azarosamente contra la pared. A mi derecha, mi cama que me espera. En frente mío... un Vaso