martes, 20 de septiembre de 2011

El Viento

Cuantas veces, pedí que el viento sople a mi favor. Tantas veces, quise que la suerte me diera, al menos, una mano pequeña... Todo el tiempo, suplicando un cambio. Que el Timón de mi nave, gire accidentalmente hacia una Isla de Paz...
Que el Viento guíe mis velas hacia Tierra firme. Firme y calma. Sin inestabilidad, sin tormentas, remolinos, calamares gigantes o cualquier otra calamidad. Ya mi bote sufre cada embestida brutal de Poseidon, como si fuese la última. No se cuanto puedo soportar con remos rotos... Es hora de hacer que el Viento sople a Mi favor.
Basta de esperar accidentes meteorológicos para orientar mi rumbo. Basta de rezarle a las Tormentas para que calmen su ira. No puedo premitirme más dejar mi destino entregado en manos de lo sobrenatural...
Así tenga que soplar y soplar contra mi vela, para darle fuerza a mi embarcación. Así tenga que remar con mis brazos. Así tenga que simplemente, nadar cuantos kilómetros sean precisos para rumbearme hacia donde quiero... Así de doloroso será, así de gratificante se sentirá... Pero es hora de hacer que el Viento Sople a mi Favor