viernes, 30 de julio de 2010

Muelle "Desesperanza"

Que difícil desatar el nudo que tengo en mi pecho. Un nudo que parece haber sido hecho por el más experto marinero, entrenado en nudos especiales...
Una piedra en la espalda. Una pesada piedra que se posa sobre mis omóplatos para recordarme constantemente lo que tengo que cargar, lo que tengo que cumplir, lo que me toca arrastrar, en un camino lleno de vidrios rotos, con mis pies descalzos.
El peso de los hombros contracturados de dolor, hace de ancla en mi nave, y no me permite zarpar, para emprender el viaje que me hará salir de este lugar.
Y así es que me quedo quieto, inmóvil por el dolor y la tristeza. Tratando de complacer a Poseidón para que con su soplido infle las velas de mi embarcación, y que su fuerza, arranque de cuajo el ancla esclavizadora que me obliga a quedarme donde estoy. Estático y abandonado.
Pero el Dios del Mar ya no sopla para mí. Tendré que encontrar las fuerzas sobrehumanas que me permitan levantar el peso del ancla, quitarme la piedra de la espalda y sobrevivir a los cortes de los vidrios en las plantas de mis pies.
Hasta entonces, mi galeón quedara estático, amarrado al muelle "Desesperanza" de donde muy pocos barcos pudieron escapar.

Mi Roma

¿Dónde fue el tiempo? ¿Dónde quedó el futuro que no venía corriendo a mi encuentro? Nunca llegó. Tal vez, se accidentó al venir tan rápido a ese encuentro conmigo...
Probablemente, esté celoso. Coqueteo demasiado con mi pasado. Lo dibujo, lo transgieverso, lo modifico, lo amplio... En cambio, al futuro, sólo lo espero.
Pensará que lucho mas por recuperar un pasado que por atraer un futuro. La memoria, como una ninfa, me llama con su canto de ángeles. Me grita diciendo: "Sí, eso eras, esto fuiste, esto sos pero no se que serás"; "No igualarás lo que fuiste, ni en tus huellas digitales"; "Nadie sabe en que te vas a convertir..."
No voy a escuchar su canto viciado de maldad. No voy a dejarme llevar por falsas realidades, por verdades a medias, por medias mentiras, por flojas razones. Voy a ir por mi futuro, por mi destino...
Voy a fortalecer mi pasado, afianzar mi presente, arrastrando hacia a Mí, mi futuro. Por la fuerza de la razón, por el amor insensible. Por dolor y por pasión. Por débiles excusas. Por el camino más corto, largo, doloroso, simple, arduo, complejo y reconfortante. Por todos los caminos, sin llegar a Roma, sino a mi Tierra Prometida.
Ese lugar que es mi futuro, ese lugar que anhelo atraer hacia mi reloj... Ese lugar que no conozco, porque vive en constante cambio. ese lugar hecho para mí y por mí... Y ahí, poder mirar a mi Memoria y gritarle: "Esto es lo que quise ser!"