domingo, 21 de enero de 2007

Una eternidad

Que extraño... te he entregado mi alma, y no siento la menor culpa, ni la menor tristeza...
Senti como tu voz con vergüenza, hacía eco en tu estómago, dandome la mejor música. Ahora que estás un poco más lejos, y yo no aprendo a vivir con ello, me quejo como un niñito caprichoso que quiere todo lo que pide, y pide todo lo que quiere...
No me importa la desigualdad de condiciones. Ya superé esa etapa. Crecí, y estoy dispuesto a poner en práctica todo lo que la vida me enseñó de la forma más eficiente y cruel. Pasando por tanto, como lo que tuve que pasar, se descubren cosas. Ya no tengo esa gran máscara, que espero poder sacarte algún día, y mi sinceridad asusta. Te puede asustar, espero que lo haga, así la intriga te mantiene cerca mío.
Se te abrieron las puertas de algo que no es fácil de entender, como es mi vida. El misterio, lo distinto, lo especial, lo único, y todo el resto de mi reino, se te ofreció y accediste en primera estancia a tenerlo. Es una responsabilidad y un privilegio.
¡Dios! Si tan sólo no fuese tan duro extrañarte... si tan sólo, fuese fácil traerte... si tan sólo los días pasasen con mayor velocidad... Duele convivir con las limitaciones de la humanidad. Igualmente, el destino quiso que se de como se da, y que te de lo que te pude dar. No estas lejos, sólo no estás a mi lado, y esa distancia tan ampliamente corta, genera desesperación a mi alrededor. estoy convulcionado, esperando un regreso, que espero sea conmigo en tus planes...
No pasó tanto tiempo, pero aún así, parece una eternidad

2 comentarios:

Mechi dijo...

Me encanta como escribis... aunque sea un poco bajón pero así es la vida a veces!

Mechi:)

Unknown dijo...

No estas lejos, sólo no estás a mi lado...


Qé definición.. estoy pasando por algo parecido.. pero todo pasa, absolutamente todo pasa.


besos