La Muerte del Unicornio

Bajo el helado filo de la Realidad, yace inherte, el último ser de Luz. La última porción de Utopía de un mundo contaminado de Empiria. Lo idílico se esfuma al ver su cuerno tocando el piso.
El Ser de Luz, lo Inocente, lo Maravilloso, aquello que sólo se consigue en el Jardín del Edén, y que habíamos logrado tener para nosotros, hoy ya no existe... Hoy es un recuerdo manchado por la mediocridad de una situación que nadie supo manejar.
Lo más bello que supimos lograr, se evaporó al despertar una mañana. Los Sueños fueron mutando en pesadillas, que son mejores que la realidad.
Ahí yace junto a mis lágrimas, el último Unicornio. El último vestigio de pureza... La unión hecha carne de las fantasías que nuestras almas tuvieron desde su gestación en el mundo Ideal de Platón.
Ese Unicornio dejó su galope. Ese Unicornio, bello, fuerte, veloz, puro, murió con la daga envenenada del Desinterés... Como hecho de Crystal, estallo luego de la primer rajadura... Esa copa de cristal de la que bebimos orgullosos, hoy no es mas que una pila de peligrosas sobras, afiladas, de un crystal que pudo ser diamante y fue menos que el vidrio por donde nos vimos juntos...
Este Edén ya no tiene su Unicornio. Está incompleto. Se desangra con un puñal en el pecho, que solo se clavó al ver como lo abandonamos... no lo supimos cuidar... no lo alimentamos, no le dimos de beber... no lo ayudamos a crecer... lo soltamos a una Selva a la que no estaba acostumbrado, ni preparado...
Hoy ha muerto un Ser de Luz, un ser único en su especie, una comunión de fuerzas y deseos, que logró galopar libre... hasta que la Soledad se lo llevó.
Ahí esta su grito, su potente voz que siempre será escuchada, pero ya no cantada...
Ahí esta su cuerpo... Ahí quedó el Unicornio